Parecería que fue ayer cuando se anunciaron los primeros procesadores móviles de dos núcleos, claramente fueron la sensación del momento, y pocos pensaban que pronto veríamos los procesadores de cuatro núcleos en nuestros smartphones, pero llegaron pronto y actualmente vemos como van compitiendo en las pruebas de rendimiento, tests de benchmark, etc., donde no se tiene siempre a un ganador absoluto.
Después de los cuatro núcleos, podríamos haber pensado que el desarrollo estaba llegando a su máximo asintótico, y que pasaría en verdad mucho tiempo para ver procesadores móviles de 8 núcleos, pero nuevamente la realidad nos ha superado, y ya se habla del Exynos 5 Octa-Core de Samsung. Así que, sin ahondar mucho en detalles técnicos, para que quede dentro del entendimiento de todos, vamos a hablar un poco sobre los futuros procesadores móviles Octa-core y cómo podrán afectar nuestra experiencia de usuario y nuestra vida.
¿Cómo que 8 núcleos?
Para que podamos empezar a hablar de procesadores multi-núcleo, hablemos primero un poco del uso de múltiples procesadores. En principio, ante la necesidad de mayor potencia, algunos aparatos, como PCs, empezaron a utilizar varios procesadores, en los que se distribuía la carga total de trabajo para mejorar la eficiencia y rendimiento. Pero la gran desventaja se encontraba en las conexiones entre los procesadores y el uso de la memoria RAM.
Para solventar esto, los fabricantes empezaron a fabricar los famosos procesadores multi-núcleo, donde ya no se trataba de procesadores individuales, sino de múltiples núcleos en un mismo chip, con lo que se reducían costos de producción y se mejoraba la eficiencia del proceso ya que se colocaban los componentes juntos.
Esta tecnología posteriormente evolucionó al concepto de núcleos “virtuales”, implementados inicialmente por Intel con la tecnología Hyperthreading, lo que subdivide las tareas dentro de un mismo núcleo, creando los famosos núcleos virtuales. Estos chips, aunque no son estrictamente múlti-núcleo, si han mostrado mejor rendimiento que sus compañeros con la misma cantidad de núcleos físicos sin hyperthreading.
Así que, en los dispositivos móviles, es probable que al hablar de procesadores octa-core, pensemos en procesadores con ocho núcleos completamente separados, pero iguales entre sí y con las mismas capacidades, corriendo a la misma velocidad, al mismo tiempo y en el mismo chip. La realidad es que en la práctica probablemente no sea así, por lo que veremos cuales serían los métodos que podrían utilizar los fabricantes para reducir costos.
Alto rendimiento: dos procesadores Quad-Core
Esta podría ser la aproximación con más probabilidades de ser implementada por los fabricantes, ya que se colocarían juntos dos procesadores de cuatro núcleos de alto rendimiento, con lo que las tareas se dividirían entre dos procesadores y no entre los núcleos en primera instancia. Eso sí, esto probablemente no dará tan buenos resultados como los 8 núcleos “reales” colocados en un mismo chip, pero hasta no ver no creer ¿no?
Hídribo: dos procesadores Quad-Core
Este concepto mezclaría procesadores Quad-Core de alto rendimiento, con procesadores multi-núcleo o simples de menor calibre para hacer un equilibro entre rendimiento en procesos y la duración de la batería. No necesariamente sería procesadores de “8 núcleos”, podrían entre cinco y 8. De hecho, ya hay compañías que utilizan algo similar con el quinto núcleo destinado al ahorro de batería.
Así, esta modalidad podrá no ser la más poderosa de las mencionadas, pero ofrecería precisamente un equilibrio, utilizando el procesador de más alto rendimiento en las situaciones de mayor demanda en las tareas, y el procesador más sencillo y que consume menos energía, para situaciones no tan estresantes para el sistema, lo cual podría ser mejor que utilizar el procesador de alto rendimiento para las mismas tareas. De hecho, como ya se empezó a utilizar desde finales del 2012, es probable que sea el método que más veamos durante el 2013.
¿Cómo podrían los 8 núcleos cambiar mi vida?
Es claro que una de las primeras cosas que se nos vendrían a la mente son los juegos, ya que son estos lo que someten a mayor estrés las unidades de procesamiento y procesamiento gráfico (GPUs), en nuestros equipos. No es casualidad que fabricantes como NVIDIA pongan tanto énfasis en esta característica, colocando enormes cantidades de núcleos a sus GPUs. Con ocho núcleos, tendríamos una aproximación más real en los videjuegos de nuestros smartrphones y tablets.
Otro tema relacionado con los gráficos: las altas resoluciones. Tenemos equipos que llegan a resoluciones Retina, 720p y próximamente más con 1080p, cada una de estas resoluciones coloca una gran cantidad de pixeles en la pantalla, mismos que tiene que ser colocados en su lugar y mostrados en pantalla, lo cual debiera representar una preocupación para nuestros equipos. Además recientemente hemos visto más equipos con resolución 4K, la llamada “ultra alta definición”, que por supuesto requerirá gran demanda de procesamiento y procesamiento de gráficos de nuestros dispositivos.
Quizá el ejemplo más llamativo sea la capacidad multi-tarea, algo que también está relacionado con la memora RAM de nuestros equipos. Actualmente las principales plataformas móviles son capaces de utilizar multi-tarea (incluso la pseudo-multi-tarea de iOS), en Android no son ajenos a ello y cambiar entre aplicaciones es rápido y sencillo. Aunque probablemente nada se compara a la experiencia que nos ha otorgado Samsung con su capacidad multi-tarea y multi-ventana, lo cual por supuesto consume más recursos de sistema, pero que con 8 núcleos podría correr perfectamente y sin problemas.
¿Son necesarios los 8 núcleos?
Volvemos a la cuestión de siempre: ¿Se aprovechan al 100% los núcleos actuales? Cuando pasamos de dos a cuatro núcleos nos lo preguntamos, y ahora con los 8 núcleos es lógico que volvamos a la cuestión. Es cierto que el aprovechamiento de los núcleos del equipo depende primeramente de la capacidad del sistema operativo de soportar el uso de todos ellos, y en segundo lugar de que los desarrolladores diseñen sus aplicaciones para aprovechar tal arquitectura.
Para ello necesitaríamos realmente muchos detalles ¿a cuanto estrés someten las aplicaciones actuales al CPU?, ¿Cuales serán las diferencias de rendimiento entre procesadores de dos, cuatro y ocho núcleos con la misma arquitectura?, ¿Cuántas y cuáles aplicaciones utilizan tantos recursos en multi-tarea/multi-ventana como para que exista una diferencia? Todas son preguntas que necesitan respuesta para que podamos esclarecer un poco más el tema, pero quizá es por ello que la aprximación actual se va por la hibridación de procesadores para mejorar el rendimiento energético en primer lugar.
Fuente: Pocketnow