¿Qué hace a un Nexus ser un Nexus?

¿Qué hace a un smartphone con Android, ser un Nexus? ¿Qué hace tan especial a la serie Nexus: Nexus One, Nexus S Galaxy Nexus, que les permite ostentar la insignia Nexus y presumirla a todo el mundo? La respuesta es más o menos sencilla, si nos vamos a lo que hemos visto hasta ahorita: “Un teléfono Nexus representa la máxima culminación al momento del sistema operativo Android, trabajando en sintonía con el hardware para brindar al usuario la mejor experiencia que se puede obtener”. Vaya, es Android 100% para los puristas, sin aplicaciones propietarias o interfaces estorbosas corriendo en el mejor hardware existente hasta el momento… ¿o no?

Inherente a este concepto, muchos de nosotros queremos interpretar entre líneas que como usuarios tendremos también la libertad (algunos dirían “el derecho a”) de escoger también la compañía telefónica y estar en completo control de las aplicaciones que vienen en nuestro celular además de poder modificar el sistema del dispositivo si así lo quisiéramos. Suena bastante bien y en un mundo ideal posibemente así serían las cosas, pero como bien sabemos en la realidad no pasa así.

Resulta que las telefónicas y fabricantes de tecnología sienten una fuerte necesidad, comprensible hasta cierto punto, de mantener un fuerte control sobre los dispositivos que lanzan bajo su bandera, además de querer diferenciar sus productos instalando interfaces propietarias como TouchWiz, TimeScape, HTC Sense y … ugh, Motoblur. Para muchos de nosotros esas interfaces son indeseables y más bien la única diferencia que logran es que le restan puntos a los estupendos dispositivos que las portan. Habrá sus excepciones, no se esponjen.

Por otro lado, un celular desbloqueado es un ave de mal agüero para las telefónicas, quienes ofrecen fuertes subsidios y absorben costos iniciales con tal de mantener a los usuarios en contratos a plazos forzosos, de ahí que sea entendible que si una compañía subsidia un dispositivo después no va a querer perder a ese cliente.

Estos dos antecedentes tienen que ver precisamente con la situación que está presente entre las compañías telefónicas y los fabricantes de dispositivos y si bien sus efectos hasta el momento no han sido catastróficos, la presión por el control en un sistema abierto sí ha llevado a algunas consecuencias malas para el usuario como lo fue el retraso que sufrió en su salida el Galaxy Nexus, el cual el blog Android Community atribuye precisamente a que Verizon, la telefónica estadounidense que tiene la exclusiva de este aparato en Estados Unidos, ha debatido fuertemente con Google sobre la inclusión de Google Wallet debido a sus intereses en utilizar su propio sistema de pagos mediante NFC  llamada Isis (el cual, cabe señalar, no está implementada y no sabemos si lo estará algún día).

Después de un tiempo el Galaxy Nexus finalmente fue lanzado, no sin algunos cuestionamientos sobre si realmente merecía portar la medalla Nexus. Claro, Galaxy Nexus es sinónimo de Ice Cream Sandwich; claro, es posiblemente el mejor celular con Android disponible en el momento (aunque su decepcionante cámara nos deja un poco incómodos), pero la presencia de algunas aplicaciones del sistema por parte de Verizon (útiles a fin y al cabo, pero externas) así como la ausencia de Google Voice y Google Wallet hace que los más puristas digan que no se trata de una experiencia 100% Nexus, a pesar de que estos dos últimos servicios no forman parte del proyecto de código libre de Android. Google está consciente de que a las operadoras les encanta meter cuchara con aplicaciones que un usuario normal no podrá desinstalar (¿Alguien dijo “Guardacontactos Telcel”?) y por eso ha ido tan lejos como para incorporar un sistema de bloqueo de aplicaciones en Ice Cream Sandwich. Ya para que el mismo Google haya realizado semejante propuesta es porque algo no está bien.

   

Adicional a eso, existió una fuerte polémica sobre quién mantendría el Galaxy Nexus en su más reciente versión: Si Samsung o el mismo Google (al final aparentemente sí será Google). Esto expone otro punto delicado y es que cuando las compañías no actualizan oportunamente los dispositivos de los usuarios perjudican la fortaleza general del Android cuando se le compara con otros sistemas como iOS. Peor aún: algunos dispositivos son perfectamente compatible con las actualizaciones pero los usuarios nunca las reciben por mera desidia de parte de las operadoras quienes tienen control sobre el sistema de actualizaciones. Si a esto le sumamos que aún y cuando las telefónicas pongan todo de su parte para actualizar el sistema, prácticamente siempre existe un retraso temporal en lo que adaptan sus interfaces a la nueva versión de Android, lo que hace más evidente que nunca la necesidad de recibir las actualizaciones directamente de la fuente. O sea, papá Google.

Después de toda esta larga presentación de algunos de los problemas que aquejan a la experiencia pura de Android es que nos preguntamos ¿Cómo puede Google garantizar una experiencia completa de Android a sus usuarios? Si le pensamos un poco la respuesta es casi obvia: “¡Qué Google nos venda los celulares directamente!” Pero recordemos que eso ya lo intentó con el Nexus One y los resultados quedaron muy lejos de ser los esperados, al grado de que después de un rato decidieron recurrir a las operadoras para ofrecer mejores precios y alcanzar un mayor mercado. El mundo de los negocios móviles es un ecosistema con reglas y relaciones complicadas y es fácil herir susceptibilidades (suficiente tensión hay ya con que Google haya adquirido Motorola).

Eso sí, los tiempos han cambiado mucho desde que se lanzó el Nexus One hace ya dos años. Tal vez la visión libre de Google no tenía suficiente momento en ese entonces pero si hoy lo volviera a intentar, las cosas podrían ser distintas. Ofrecer celulares desbloqueados y compatibles con un amplio espectro de frecuencias sería una buena manera de asegurar que la experiencia Android llegue a todos los usuarios sin depender de terceros.

Otra solución, como propone Android Community, es crear un programa de certificación Nexus de manera que los usuarios que no tengan manos gigantes como para poder utilizar un celular con pantalla de 4.65 pulgadas (Galaxy Nexus) cómodamente y sin problemas, pudieran vivir la misma experiencia “Nexus” en otros dispositivos de su preferencia.

Como punto clave de la certificación tendríamos Android Community propone una “versión vainilla” de Android: Un sistema sin nada de interfaces propietarias, con todas sus funcionalidades habilitadas (la funcionalidad “hotspot” es repudiada por las operadoras) y sin ninguna aplicación pre instalada (cof cof … ¡Facebook!) además de la suite premium de Google. Otro punto importante sería que dichos dispositivos estuvieran abiertos para que los usuarios los pudieran modificar si así lo deseasen. No necesariamente rooteados o desbloqueados, pero que se requiriera un mínimo de esfuerzo para cambiar el sistema operativo si el usuario así lo deseara, como es el caso del Nexus One.

Aunque esta iniciativa suena  interesante, para mí el término Nexus no se otorga a la ligera. Sí creo que como consumidores a veces necesitamos esperar con ansia el lanzamiento de “el” smartphone del momento, así como otras compañías hacen con sus productos (aunque tal vez no de manera tan obsesiva tradicional). La espera les brinda una especie de misticidad y personalidad a los dispositivos que se perdería si cualquier dispositivo pudiera denominarse Nexus. Más bien yo me inclinaría por una certificación “Android” que indique precisamente que se trata de una experiencia sin modificaciones. Así sería mucho más evidente qué es lo que preferimos los usuarios y ayudaría al mercado a evolucionar positivamente.

Una cosa es clara y es que las grandes corporaciones nos han llevado a conformarnos como usuarios a vivir bajo sus reglas y eso se refleja en múltiples ámbitos: todos hacemos fila en los bancos y nos sometemos a sus trámites interminables y tarifas exageradas. Como usuarios de telefonía, la mayoría nos sometemos a contratos de hasta dos años (tiempo exagerado dada la rapidez con la que avanza la tecnología) con tarifas exageradas de sobrecargo simplemente porque es lo que nos ofrecen las telefónicas  y nosotros decidimos bajar la mirada y comprometernos a los intereses de las compañías cuando son ellas quienes deberían estar a nuestro servicio.

Salir de la versión móvil