Hacer donaciones se ha convertido en una estrategia de marketing efectiva para los magnates, ya que les ayuda a mejorar su imagen pública. Aunque Jeff Bezos prometió hacer una gran contribución a través de su fundación, es fundamental que las promesas se cumplan sin excepción.
La promesa de Jeff Bezos
El rol de los millonarios y sus fundaciones ha experimentado cambios significativos en los últimos tiempos. La participación filantrópica de carácter personal por parte de estos multimillonarios ha disminuido considerablemente, dejando espacio para que sus fundaciones tomen el protagonismo.
Estas fundaciones se asemejan a fondos de inversión, ya que evalúan las inversiones con impacto social o medioambiental para financiar proyectos de desarrollo. Es importante tener en cuenta que no se puede depender únicamente de los multimillonarios para cubrir las brechas de financiamiento climático dejadas por los países ricos que no cumplen sus promesas hacia el mundo en desarrollo.
A principios de 2020, Jeff Bezos hizo público el lanzamiento de la fundación Bezos Earth Fund, comprometiéndose a invertir $10,000 millones de dólares en proyectos relacionados con el clima. Aunque esta cifra parece considerable, en realidad representa tan solo una modesta contribución hacia la meta de alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2050.
Seleccionando proyectos con impacto ambiental
La fundación Bezos Earth Fund ha destinado $1,600 millones de dólares al desarrollo sostenible, tal como se informa en su página web. Su objetivo es garantizar que la humanidad no se vea obligada a elegir entre el progreso y el cuidado del medio ambiente, proporcionando herramientas para reducir la huella ambiental de la industrialización.
De los $10,000 millones de dólares comprometidos, la fundación ha asignado hasta el momento $1,600 millones de dólares a un total de 100 proyectos que abordan el desafío climático desde diversas perspectivas y ubicaciones alrededor del mundo. Estas iniciativas se centran en regiones como la cuenca del Congo, el Pacífico tropical oriental, Estados Unidos y, por supuesto, la Amazonía.
Dentro de estos proyectos, la fundación ha asignado $578,3 millones de dólares a iniciativas de conservación climática y preservación de ecosistemas en riesgo, así como a la protección de su biodiversidad frente a la presión ambiental. Además, se han destinado fondos a proyectos relacionados con la seguridad alimentaria, el desarrollo financiero sostenible y la investigación medioambiental.
Huella de carbono de Amazon
Aunque la iniciativa de Bezos aún no ha cumplido totalmente con sus promesas, todavía existe margen para lograrlo, ya que se estableció el año 2050 como referencia para alcanzar la cifra de inversión comprometida.
Resulta paradójico que el negocio que ha generado la inmensa fortuna del filántropo ambiental sea, al mismo tiempo, el principal exponente de un modelo de comercio altamente contaminante. De hecho, esta situación ha llevado incluso a los trabajadores de Amazon a organizar protestas en nombre de la justicia climática.
Un modelo de comercio que se basa en la logística por carretera ha demostrado no cumplir plenamente las promesas de electrificación de su flota. Además, la implantación de energías renovables en los centros de datos de la empresa representa tan solo el 17% de su consumo total, mientras que cada año se generan 15 millones de toneladas de CO2, equivalente al consumo anual de Estonia.
Ante esta evidente falta de coherencia, Jeff Bezos ha anunciado una hoja de ruta para cumplir con los Acuerdos de París y reducir de manera drástica la huella de carbono de Amazon para el año 2040.
