De nueva cuenta, nos encontramos con Uber en el ojo del huracán, su arribo a México no fue nada fácil, han tenido diferentes trabas para poder operar, esto junto con el rechazo de este sistema de transporte privado por parte de los demás operadores que trabajan para las diferentes concesionarias de la ciudad.
Los casos más sonados han sido el desapruebo por parte de los taxistas de la capital y es que no dudaron en demostrar el descontento que les causaba este nuevo servicio. Atiborraron las calles y marcharon por el centro del Distrito Federal para exigir su “desaparición” dejando así de operar.
¿Cómo era posible que una compañía extranjera llegara al país para quitarles empleo a los taxistas mexicanos? Bueno, esto sucede todos los días en otros sectores y a la mayoría de la población la tiene sin ningún cuidado. El gobierno siempre ha optado por abrir las puertas al capital extranjero con todo lo que ello implica.
Parece que los taxistas consiguieron lo que tanto anhelaban, que regularicen este servicio del mismo modo que lo hacen con los transportes públicos. Aunque no lograron que los consideraran ilegales han conseguido que el Gobierno ponga las garras sobre esta empresa y los exprima del mismo modo que hace con nuestros compatriotas.
En otra ocasión había hablado sobre este descontento general de los taxistas que, literalmente, odiaban este servicio, pero no veían el trasfondo, de forma muy burda y como muchos dicen, a ellos los están “sangrando” y deseaban que se hiciera lo mismo con Uber y los demás transportes privados que operan en nuestro país.
Si a ellos les quitaban dinero anualmente por trabajar <<como pasa con la mayoría de los trabajos y el ISR>>, por la licencia especial, tarjetón, las placas y además, estar sometidos a las diferentes regulaciones que salieran de la manga del gobierno, tal es el caso del cambio de color, por el cual si alguno de estos trabajadores no cambiaba el color de la unidad, no podría trabajar.
Uber se somete ante la ALDF
El día de ayer se dio a conocer mediante una conferencia de prensa de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal que a partir de ahora, los choferes de todas las unidades Uber de la Ciudad de México tendrán que certificarse y contar con un tarjetón y licencia igual que los otros transportistas, lo lograron, exprimirán a esta empresa hasta que les sea posible.
Así lo informó la presidenta de la Comisión de Movilidad, Transporte y Vialidad, Francis Pirín Cigarrero, ante la ALDF. Ahora, clasifican como una necesidad que los choferes de estas unidades se encuentren al margen del reglamento del transporte y del mismo modo, se apliquen los mismos exámenes que presentan el resto de los operadores.
La legisladora dijo durante esta conferencia “No concibo que alguien esté dando servicio sin que se apegue a la reglamentación de un gobierno”, desde luego, le concierne al gobierno de la ciudad mantener sometidos y bajo control a todos los sectores que operan dentro de su jurisprudencia, no es posible dejar ir algo y más si detrás de ello hay recursos.
Muchos podrán estar felices con esta resolución, sin embargo a mí me parece una de las peores movidas del Gobierno para regularizar aún más este servicio privado que está revolucionando la vida de los capitalinos, dotándolos de un transporte mucho más seguro y sencillo de contratar, ¿qué sigue?
Debemos recordar que uno de los puntos clave para que Uber opere es la necesidad de personas con automóviles en excelente estado para brindar dicho servicio, personas que no planeaban realizar trámites engorrosos, de haber sido de otro modo, todos ellos habrían aplicado para ser taxistas de esta caótica <<pero bella>> ciudad.
Todos estos trámites deberán correr por parte de los conductores y no de la empresa <<tendremos que esperar una postura o resolución por parte de Uber ante esta nueva situación de regularizaciones que se suman a su historial>>, entonces, esto implica mayor inversión, ¿está resolución tendré algún efecto negativo en el servicio?
No dudo que en algún momento, un par de conductores decidan abandonar el trabajo por los diferentes trámites que se sumarán a los otros problemas en que se han visto envueltos durante los últimos meses. Otro de los casos más sonados fue la posibilidad de un paro de choferes ante las exigencias que no fueron cumplidas por la compañía.
Uno de los apartados que llama mi atención es la parte de la documentación necesaria, así como los exámenes solicitados para saber si son aptos para operar las unidades, del mismo modo que se hace con los taxis, microbuses y combis, pero ¿qué clase de exámenes son estos?
Muchos concuerdan conmigo, sin lugar a duda, ahí afuera te puedes encontrar con infinidad de gente que no tiene ni siquiera la capacidad de dar un servicio de este tipo. Factores como el trato con las personas y la capacidad de manejar de manera segura o siquiera de respetar el reglamento de tránsito, por mencionar algunas.