Sam Altman es una figura muy conocida en las altas esferas de Silicon Valley quien ahora es Director Ejecutivo de OpenAI, la empresa detrás de la popular inteligencia artificial de la que seguro has escuchado recientemente: ChatGPT. Aquí descubrirás sus orígenes como emprededor y cómo es que terminó al frente de una de las empresas con mayor popularidad actualmente.
Los inicios de Altman
Samuel H. Altman reveló en una entrevista con The New Yorker que aprendió a programar y desarmar una de las primeras computadoras de Apple, la Macintosh, a los 8 años de edad. Según Altman, su experiencia con la computadora le brindó oportunidades para participar en conversaciones y grupos que le ayudaron a comprender su sexualidad durante su adolescencia.
A los 16 años, Altman habló abiertamente con sus padres sobre su orientación sexual y luego lo hizo públicamente en la escuela secundaria en la que estudiaba.
Aunque ingresó a la Universidad de Stanford en California, Estados Unidos, para estudiar informática, Samuel H. Altman no completó su carrera universitaria. En cambio, junto con un grupo de amigos, decidió dedicarse por completo al desarrollo de su primera idea: Loopt, una aplicación para compartir la ubicación con otras personas. Estamos hablando del año 2005, mucho antes de la existencia de WhatsApp y casi al mismo tiempo que la aparición de Facebook. A pesar de que Loopt no tuvo un gran impacto, sirvió como trampolín para la carrera empresarial de Altman y le abrió las puertas al mundo de las grandes inversiones tecnológicas.
Altman recibió apoyo inicial de Y Combinator, una prestigiosa aceleradora de startups que invirtió en innovaciones como Airbnb y DropBox. Tras vender Loopt por más de $40 millones, expandió sus áreas de interés e invirtió en varias ideas bajo el paraguas de YC, la cual presidió entre 2014 y 2019. Durante este período, junto con Elon Musk, creó OpenAI, permitiéndole sumergirse en el mundo de la inteligencia artificial que le generaba fascinación y temor por igual.
Su lado humanitario
OpenAI es una empresa de investigación que busca garantizar que “la inteligencia artificial beneficie a toda la humanidad” y no la perjudique, según se lee en su sitio web. La idea surgió en parte del temor de Altman de que la inteligencia artificial se convierta en una amenaza para los humanos. En un reportaje de 2016 de The New Yorker, Altman argumentó que la fusión sería la mejor solución para el futuro:
O esclavizamos a la inteligencia artificial o nos esclavizará a nosotros”.
Musk, que abandonó OpenAI en 2018 por lo que consideró “conflictos de interés” con su empresa Tesla, si bien, Musk sigue invirtiendo en OpenAI y en otros proyectos similares para controlar la inteligencia artificial. Uno de estos proyectos es Neuralink, que busca conectar el cerebro humano a las computadoras mediante implantes cerebrales.
Y es que, el actual propietario Twitter, Elon Musk, cconsidera que esa es la única forma en que los humanos podrán mantenerse al día con la inteligencia artificial y no ser desplazados cuando estos sistemas se retroalimenten. En referencia a la capacidad de las computadoras para procesar información en terabytes, dijo que:
Nuestra forma de hablar sonará muy lenta para ellas, como un sonido de ballena”.
Actualmente..
OpenAI está adoptando una estrategia gradual en la introducción de ChatGPT y DALL-E en la sociedad, según explicó su fundador, Sam Altman en una entrevista reciente con StrictlyVC.
La idea es permitir que las personas, instituciones y reguladores se familiaricen con la tecnología y comprendan sus implicaciones antes de su adopción generalizada. Esta aproximación se basa en la creencia de que una introducción gradual es la forma más responsable de incorporar estos sistemas en la sociedad.
La estrategia gradual que ha adoptado OpenAI para introducir sus sistemas de inteligencia artificial, ChatGPT y DALL-E, está marcando un punto de inflexión con respecto a la tendencia que han seguido las grandes tecnológicas en los últimos años. Según el canal de YouTube Dot CSV, que se especializa en informar y explicar sobre inteligencia artificial, las empresas que lideran el progreso en este campo suelen seguir la filosofía de “muévete rápido y rompe cosas”, lo que significa sacar productos sin pensar en sus implicaciones.
En cambio, Sam Altman, CEO de OpenAI, cree que la forma más responsable de introducir estos sistemas en la sociedad es de manera gradual, para que las personas, las instituciones y los encargados de regulación se familiaricen con ellos y puedan comprender sus implicaciones. Esta estrategia de sacar productos imperfectos permite que la sociedad se adapte gradualmente a ellos, y no de manera abrupta y repentina.
Sin embargo, ChatGPT y DALL-E ya están recibiendo críticas de diversos sectores, incluyendo el académico y el creativo. Algunos temen que la tecnología pueda ser utilizada para difundir información falsa y perjudicar a la sociedad. A pesar de las críticas, OpenAI continúa trabajando en mejorar sus sistemas y en encontrar la manera más responsable de introducirlos en el mundo actual.
ChatGPT es increíblemente limitado”.
Reconoció recientemente su fundador en un tweet que publicó en Diciembre, pero también dijo:
Pero es lo suficientemente bueno en algunas cosas para crear una falsa impresión de grandeza”.
Porque de acuero a las propias palabras de su fundador, por el momento es un error confiar en ChatGPT para la realización de cualquier tarea importante.
Altman reconoce que ChatGPT todavía tiene deficiencias en cuanto a la imparcialidad, y que están trabajando para mejorar la configuración por defecto y hacerla más neutral. También menciona que están trabajando en permitir a los usuarios personalizar los sistemas de acuerdo con sus preferencias individuales, dentro de unos límites amplios.
Altman enfatiza que este es solo un anticipo del progreso que vendrá y que queda mucho trabajo por hacer en términos de solidez y veracidad de los sistemas de inteligencia artificial.
Hacia el Futuro
En abril próximo, Sam Altman cumplirá 38 años y ha llamado la atención recientemente al revivir un mensaje de hace tres años en el que hizo predicciones sobre los desarrollos tecnológicos más importantes que se alcanzarían para 2025.
Altman mencionó tres grandes logros: hacer que la fusión nuclear funcione a escala prototipo de manera sostenible, lograr que la inteligencia artificial sea accesible para la mayoría de las personas en la industria, y que la edición genética cure al menos una de las enfermedades más importantes que afectan a la humanidad.
La fusión nuclear ha sido un objetivo de investigación durante décadas, con el objetivo de lograr energía limpia y sostenible. La inteligencia artificial, por su parte, ya está muy presente en nuestra vida cotidiana, pero Altman apunta a un futuro en el que esta tecnología esté disponible para un mayor número de personas en la industria. En cuanto a la edición genética, las nuevas técnicas de CRISPR-Cas9 han revolucionado la investigación médica y han abierto la posibilidad de curar enfermedades hereditarias y otras afecciones genéticas.
En conclusión
Durante su carrera, Sam Altman ha demostrado ser un exitoso recaudador de fondos para proyectos que ha aprobado durante su tiempo en Y Combinator, así como para aquellos en los que ha invertido personalmente. A lo largo de los años, ha atraído a varios inversores de renombre para financiar startups en diversos sectores, incluyendo tecnología, biotecnología, transporte y energía limpia.
Gracias a su habilidad para captar financiamiento, Altman ha sido una figura clave en el mundo de la tecnología y ha impulsado el éxito de muchas empresas emergentes.
Aunque se desconoce el valor exacto de su patrimonio, recientemente ha habido varios anuncios que sugieren que su fortuna está en aumento y podría convertirlo en multimillonario. OpenAI, que inicialmente fue fundada como una organización sin fines de lucro, ahora es una compañía híbrida de beneficios limitados.
The Wall Street Journal informó recientemente que OpenAI estaba en camino de convertirse en una de las empresas emergentes más valiosas de los Estados Unidos con un valor de US$29.000 millones, a pesar de su poca rentabilidad. Poco después, se anunció un acuerdo multianual de miles de millones de dólares entre OpenAI y Microsoft, que prometió tener un fuerte impacto en la computación personal, internet, los dispositivos inteligentes y la nube en un futuro próximo.