¿Cuántas veces hemos ido a una función 3D en el cine y hemos pensado en quedarnos con los lentes 3D al salir? Sin embargo, después de reconsiderarlo mejor optamos por devolverlos en aras de evitar una situación vergonzosa o simplemente porque no tiene caso hacerlo. Pues bueno, en esta ocasión ha sido uno de nuestros usuarios quien nos ha contado que tuvo la osadía de quedarse con estas gafas 3D, pero no simplemente como prueba de su postura anti-sistema, sino como una genuina duda: ¿qué usos se les pueden dar fuera de las salas de cine? Es por eso que nos dimos a la tarea de investigar un poco sobre el tema.
Una cosa es clara, los usos se limitan única y exclusivamente a la visualización de contenido en 3D, sin embargo el detalle es poder determinar cuál es el contenido que será posible ver, dependiendo del tipo de lentes 3D, la tecnología con que el contenido haya sido creado, además del soporte del televisor. Es por eso que repasaremos los tipos de gafas de tercera dimensión que existen.
Tipos de lentes 3D
Los lentes 3D se dividen en dos grandes grupos: activos y pasivos, siendo los primeros los más complejos pues están fabricadas por pequeñas pantallas LCD que necesitan ser sincronizadas con las imágenes superpuestas que generan el efecto de profundidad en la pantalla.
Esta sincronización se puede llevar a cabo con un conector especial estandarizado de tres pines (uno para transmitir la carga eléctrica, uno que funge como tierra y el tercero que transporta la señal sincronizada), o bien con un conector USB, dependiendo del fabricante, en donde destacan Sony y Samsung.
Del otro lado nos encontramos con los pasivos, los cuales a su vez se dividen en anaglifos y polarizados. Los anaglíficos pueden considerarse como los pioneros en esta tecnología, por lo cual poco a poco han ido desapareciendo y son aquellas clásicas gafas con lentes de distintos colores, generalmente uno azul y otro rojo, mismos que filtran las imágenes ligeramente desincronizadas, cada una con una tonalidad diferente, y las combinan en una sola imagen con profundidad.
El segundo tipo de lentes 3D pasivos son los polarizados, sistema más avanzado que poco a poco ha tomado más relevancia debido a su mayor fidelidad al color, y son los que en esta ocasión nos competen, pues filtran las ondas de luz y la proyectan en determinados ángulos que permiten reproducir la sensación de profundidad y una mayor experiencia de inmersión.
Una vez dejado en claro los tipos de lentes 3D, y tomando en cuenta que son los lentes 3D polarizados los que nos competen, es momento de hablar del tipo de proyección son que son compatibles, y es que a pesar de lo sencillos y relativamente económicos que resultan, éstos son compatibles con dos de los cuatro sistemas de proyección 3D que actualmente existen.
El primero es IMAX 3D, uno de los sistemas actualmente más difundidos en los cines y que lleva cerca de 20 años en la industria, y el segundo es, como indica el propio envoltorio de los lentes en cuestión, Real D 3D, ambos sistema que hacen uso de dos imágenes proyectadas desde la perspectiva de cada ojo, unidas por los lentes polarizados, que crean la sensación de profundidad.
Dicho esto se resuelven todas las posibles dudas, pues basta con echar un vistazo rápido al tipo de tecnología utilizada por los televisores 3D en el mercado y con eso será suficiente para saber si los lentes 3D polarizados del cine serán compatibles, o no. Sin embargo, esto es únicamente con propósitos informativos y de ninguna manera alentamos a replicar las acciones de nuestro lector que decidió conservarlos al terminar la función.