En la Ciudad de México, el incremento en las rentas ha sido notable en diversas zonas. El geógrafo Neil Smith describió la gentrificación como el proceso en el que barrios son transformados por la inversión de capital privado y la llegada de nuevos inquilinos de clase media y alta.
Esto provoca un aumento considerable en los costos de renta y vida, afectando a los residentes de menores ingresos que se ven desplazados. Este fenómeno, que ha estado presente durante décadas en ciudades de todo el mundo, como Nueva York, Sídney o Shanghái, también afecta a la CDMX debido a las marcadas diferencias económicas, demográficas y geográficas.
El impacto de la gentrificación en las comunidades
El proceso de gentrificación trae consigo la llegada de personas adineradas y el desplazamiento de comunidades locales, generando un cambio en la composición cultural del barrio. Además de elevar los precios de la vivienda, este fenómeno está vinculado a la pérdida de identidad cultural, desahucios forzosos y la exclusión de los residentes originales.
No es un fenómeno aislado; la gentrificación se alimenta de la desigualdad estructural y las políticas inmobiliarias discriminatorias, priorizando el negocio inmobiliario sobre el bienestar comunitario.
Transformación urbana de la CDMX: del deterioro a la gentrificación
La transformación urbana de la CDMX comenzó a finales del siglo XIX, durante el Porfiriato, y continuó hasta los años 90, lo que provocó el deterioro y hacinamiento en las zonas centrales. En ese periodo, las políticas de desarrollo urbano facilitaron la apropiación privada de las rentas del suelo, agravando la situación en barrios históricos y desplazando a la clase trabajadora.
Desde el 2001, este fenómeno ha intensificado la gentrificación en áreas como Condesa y Roma, incrementando la ocupación, la inversión privada y los precios de la renta, lo que ha resultado en la exclusión de los residentes locales.
Actualmente, el auge de los nómadas digitales y el uso de plataformas como Airbnb han exacerbado el problema, elevando la demanda inmobiliaria y, por ende, los precios. Este incremento ha hecho inaccesible el costo de vida para muchos habitantes, especialmente jóvenes, quienes no pueden permitirse vivir en zonas que antes eran asequibles.
Medidas del gobierno para mitigar la gentrificación en la CDMX
Ante el impacto negativo del aumento de las rentas y el desplazamiento de comunidades locales, el Congreso de la CDMX ha establecido nuevas regulaciones para limitar el uso de plataformas como Airbnb. Estas medidas restringen el alquiler de inmuebles a un máximo de seis meses al año, buscando frenar la gentrificación y proteger la oferta de vivienda asequible.
Además, las nuevas leyes prohíben el uso de viviendas sociales y reconstruidas tras el sismo de 2017 para fines turísticos, garantizando así la protección de los recursos habitacionales para los residentes locales.
Para evitar que los residentes de bajos ingresos sean relegados a zonas marginadas, es fundamental que el Estado intervenga en el mercado inmobiliario.
Regular el uso de los inmuebles y promover la construcción de viviendas asequibles son pasos clave para combatir la gentrificación. El ejemplo de la CDMX puede servir como referencia para otras ciudades que buscan equilibrar el desarrollo urbano con el bienestar comunitario.
Fuente: MVS