Internet se ha convertido en una herramienta esencial en nuestra vida cotidiana, al punto que rara vez reflexionamos sobre cuánto dependemos de él.
Según datos del equipo de Atlas VPN, un día sin internet a nivel mundial costaría aproximadamente 43 mil millones de dólares. Estados Unidos y China concentran casi la mitad de esta cifra, sumando 21 mil millones de dólares en pérdidas.
Estados Unidos y China: Los mayores perdedores
EE.UU., uno de los países más conectados en términos de uso de internet, enfrentaría pérdidas cercanas a los 11 mil millones de dólares por tan solo un día sin acceso a la red. Una caída del servicio paralizaría numerosas actividades económicas en el país.
Por su parte, China perdería alrededor de 10 mil millones de dólares, una cifra que podría subestimar el costo real. La fuerte dependencia de China en la manufactura y exportación de bienes hace que una interrupción del internet afecte gravemente el comercio internacional.
Impacto económico en otros países
Reino Unido, con su sector de comercio electrónico y servicios financieros altamente desarrollados, experimentaría pérdidas cercanas a los 3 mil millones de dólares. Japón, por su parte, sufriría daños aproximados de 2.7 mil millones de dólares, dada la relevancia de las telecomunicaciones avanzadas en su economía.
Alemania, con una alta dependencia del internet en sus sectores industriales, vería una caída de producción que podría costar hasta 1.5 mil millones de dólares.
Una interrupción traería todo a un paro y demostraría cuán dependientes somos de un acceso estable a la red. El acceso al internet debe considerarse un derecho humano básico y no debe ser restringido por gobiernos ni proveedores.
Pequeños países: Pérdidas menores en caso de desconexión global
Sin embargo, los países pequeños y aislados, como algunas islas del Pacífico como Tuvalu, Kiribati, Islas Marshall, Nauru y Micronesia, experimentarían las menores pérdidas si el internet se cayera por un día. Estos países no perderían más de 50 mil dólares.
Tras 24 horas sin internet, el impacto en la sociedad sería devastador. La vida moderna, profundamente dependiente de la tecnología digital, caería en un caos total. Los hospitales, sin acceso a sistemas electrónicos, tendrían que recurrir a métodos manuales.
Los servicios de transporte y logística se detendrían, lo que afectaría la distribución de alimentos y medicinas. Las comunicaciones entre gobiernos y organismos internacionales se verían severamente comprometidas, dificultando la gestión de crisis. La falta de información precisa generaría confusión y pánico entre la población.
Medios alternativos: Los pocos privilegiados que seguirían conectados
A pesar del aislamiento generalizado, algunas entidades podrían recurrir a medios alternativos para mantenerse conectadas. Corporaciones, gobiernos y servicios de emergencia utilizarían comunicaciones satelitales y redes privadas, aunque estos sistemas no pueden reemplazar la conectividad global proporcionada por los cables submarinos.
Una interrupción global de internet pondría de manifiesto la fragilidad de nuestra sociedad digital. La dependencia de la red para la mayoría de las actividades cotidianas, desde la economía hasta la seguridad, quedaría claramente expuesta.
Sin acceso a internet, nuestra estructura social, económica y política quedaría vulnerada, lo que subraya la necesidad urgente de desarrollar infraestructuras de respaldo y estrategias de contingencia ante posibles escenarios de desconexión global.
Fuente: TID
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