Después de 27 años de servicio, el veterano navegador de Microsoft, Internet Explorer, finalmente dirá adiós. Fue lanzado por primera vez en 1995 como un paquete complementario para Windows 95 para posteriormente proporcionarse como un navegador gratis como parte del paquete dentro del sistema operativo.
El navegador alcanzó un pico de uso del 95 por ciento en 2003, pero no pudo mantener su posición, y la base de usuarios comenzó a disminuir drásticamente, sobre todo con la llegada de Chrome y el repunte de Firefox. Muchos competidores llegaron para competir con Explorer, donde estos comenzaron a ofrecer mejores interfaces de usuario, velocidades de Internet más rápidas y un rendimiento más fluido.
Ante la dura competencia Internet Explorer no pudo mantenerse al día, y gradualmente se convirtió en nada más que un explorador predeterminado utilizado para instalar otros navegadores. Ahora, el futuro de Internet Explorer en Windows está en Microsoft Edge, el cual no solo es una experiencia de navegación más rápida, segura y contemporánea que Internet Explorer, sino que también aborda una preocupación crucial: la compatibilidad con sitios web y aplicaciones heredados más antiguos.
Microsoft detuvo el desarrollo de nuevas características del navegador en 2016, y esta puede ser la primera vez que el gigante tecnológico ha decidido eliminar gradualmente Internet Explorer. Así es como un clásico de los navegadores se despide, pues sus funciones quedaron obsoletas desde hace varios años, es por ello que a partir del 15 de junio ya no estará presente en Windows.
