Gabe’s Road’s Tour 2005 en Veracruz
El Relato
Como muchos ya lo vieron hace unos días, aquí en PDAMexico.net se publicó el artículo del Gabe’s Road Tour. Para 5 de nosotros, esta etapa empezó al salir del trabajo y abordar el auto de Tayo para ir a la casa de Gabriel.
Para variar, un viernes de quincena y justo después de una pequeña lluvia que nos hizo el favor de dejarnos el trafico a manera muy particular de
Después de aproximadamente 2 horas de camino y atravesar toda la ciudad, llegamos a nuestro primer destino, la casa de Gabe, el cuartel general para el Tour (al final de cuentas el lo organizo todo).
Todo esto lo pudieron ver en el MoBlog el día de nuestra salida.
Después de hacer el cambio de vehículos, abordamos la camioneta y emprendimos el viaje hacia la carretera. Todo fue de maravilla, nos divertíamos todos en la van, descubriendo las hipnotizantes capacidades de un GPS y de vez en cuando jugando un rato.
Llego la hora de nuestra primera escala, la que fue para cenar. Cada quien pidió su respectivo refresco a excepción de Gabe, que empezó a deslumbrarnos con sus gustos extraños al prepararse su café con mucha sal. Raro, ¿no creen?
Después ya emprendimos el resto del viaje. Aquí fue cuando nos quedamos dormidos, excepto piloto y copiloto. Personalmente supe de mi hasta que llegamos a Veracruz bajo la calida recepción de una tormenta muy, muy agradable.
Llegamos a la casa y empezó la pelea despiadada por lugares para dormir. 2 de nosotros preferimos el suelo, uno en un sillón y los demás en camas.
Al otro día todo pinto de maravilla, un día soleado, lindo y caluroso, todo indicaba que nos íbamos a divertir todavía más de lo que ya lo estábamos haciendo.
Lo primero que hicimos fue ir a Mandinga a desayunar y aprovechamos para ir a dar un paseo como buenos turistas asiáticos por el manglar y dándole vuelo a los dispositivos electrónicos que traíamos encima para capturar imágenes de todo lo que se dejara.
Obviamente esto no iba a durar mucho, así que de regreso ya a tierra firme, emprendimos el viaje de regreso a Veracruz, para ir a asolearnos un rato, ya que muchos de nosotros solo tomamos la luz del sol cuando salimos a transportarnos hacia los destinos comunes, como son el trabajo, casa o lugares de diversión.
Llegamos a un pequeño balneario y ahí nos dispusimos a disfrutar ampliamente de platicas y la alberca.
En este balneario entramos en contacto con el coordinador del grupo en Veracruz, Orlando, el cual fue a saludarnos y darnos la bienvenida “oficial”, llego unos momentos después su acompañante la famosísima Midori.
Cuando nos dimos cuenta, teníamos ya un tiempo medido, justo para ir a comer a un restaurante, El Negro del Estero, recomendado por Jorge Pozzi, creo que tenia muy gratos recuerdos del lugar, además, por su forma de platicar de los servicios, parece que tenia ganas de estar nuevamente ahí.
Cuando nos dimos cuenta, ya era tarde y nosotros, como íbamos todavía con los trajes de baño, teníamos que ir a la casa a cambiarnos para estar lo mas presentables posible para
Antes de llegar a la casa, Pozzi con su vasta experiencia en los lugares del puerto, pidió ir por un Torito al centro de Boca del Río.
Llegamos unos minutos tarde, nada para llamar la atención y nos dirigimos al Sanborns para empezar.
Nos encontramos ya ahí a Diego García y a Carlos Castro, además de nuestros acompañantes y edecán Orlando y Midori. Ya estando en una mesa empezamos formalmente la reunión.
Obviamente en la reunión estuvo también la edecán y la visitante Maru.
La reunión
Entre los temas que tocamos estuvieron los usos que le damos personalmente a cada dispositivo, problemas con documentos rtf en
No abundo mucho en la reunión porque Carlos y Orlando ya tienen sus respectivos relatos.
Al ser ya tarde, casi eran las 12, y nosotros seguíamos sin cenar, el hambre nos separo del Sanborns, así que fuimos a cenar a un clásico lugar en el puerto, el café de
Ahí cada quien pidió lo que mas se le antojaba, personalmente no me agrado mucho la comida, lo que mas me gusto fue una Micha con mantequilla.
Ya con el estomago y el hambre satisfechos, el instinto de Gabe nos llevo a pasear por las calles de la ciudad, es claro que aquí no pudo faltar la diversión que logramos poner de nuestra parte, toda la que el cansancio nos permitió.
Después de pasear por un rato llegamos a la firme y sabia decisión de irnos a dormir, todo con la intención de al día siguiente podernos despertar temprano e irnos a seguir turisteando por las atracciones del puerto jarocho.
Cuando amaneció, había un movimiento inusual… Varios nos enfermamos.
Esto nos impidió, obviamente, salir temprano. Cuando lo logramos hacer ya pasaba de medio día y solo nos dio tiempo de pasar rápido a San Juan de Ulua, sobre todo para los que no conocíamos.
Aquí realmente el humor no pudo faltar y nos pusimos a jugar con varias cosas, como en este caso podemos ver a Tayo jugando con un cañón a hundir los barcos mercantes.
Después de pasar un rato ahí, nos decidimos a emprender el camino de regreso a
Llegamos a
El Accidente.
Ya en plena carretera, a Gabe se le antojo pasar a un pueblo en medio de la nada a comprar unos quesos, pero para esto teníamos que abandonar la autopista y agarrar la carretera libre. Lo mejor de todo es que cuando pasamos por este pueblo Gabriel no se quiso parar y seguimos de largo.
Después de pasar por una laguna salada, unos cuantos kilómetros después, se reventó una llanta, después de unas maniobras exitosas por parte de nuestro
chofer oficial Gabe, nos detuvimos a una orilla de la carretera, en medio de la nada, perdón, entre los pueblos de San Nicolás Techachalco y San Luis Atexca…
Creo que quedamos igual.
Un rato después de que por cuestiones de herramientas no logramos hacer el cambio de la llanta ponchada, solicitamos ayuda a los automovilistas que pasaban, cuando se detuvo la primer camioneta lo que muy amablemente hizo fue pedirnos dinero para auxiliarnos. La segunda camioneta que se detuvo fue la buena, inmediatamente nos ofrecieron la herramienta necesaria para realizar el cambio. Lo mejor de todo fue que esperaron pacientemente a que termináramos de realizar la compostura, así que un agradecimiento a la familia propietaria de
Después de una hora y tomar varias posiciones con el GPS de Abe para investigar en dónde estábamos y jugar con muchas cosas que encontramos al lado de la carretera, reanudamos el camino.
Era tal el cansancio que sufríamos, que uno de nosotros se creía Azafato, otro no soportaba la música, otro venia bailando y cantando, otro hablaba con su mano, otro venia dormido profundamente y el otro se limitaba a observar.
Finalmente llegamos a
¡¡Sobrevivimos!!
Los miembros de esta etapa del Road Tour fuimos:
Gabriel Campos
Luis Alberto Arjona