Hackers desfalcan a casinos en Las Vegas, conoce cómo lo lograron
El grupo de hackers conocido como "Scattered Spider" se adjudicó este ataque.
El dicho de ‘Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas’ ha sido desafiado esta vez. La semana pasada, en un impactante ciberataque, el grupo de hackers conocido como ‘Scattered Spider’ infligió un duro golpe a algunos de los casinos más prominentes de la ciudad, lo que es prácticamente equivalente a decir ‘de todo el mundo’.
Principales casinos afectados
Por un lado, los atacantes lograron infiltrarse en los sistemas internos de los emblemáticos Caesar’s Palace y Harrah’s, accediendo a la información de la Seguridad Social y las licencias de conducir de numerosos clientes que formaban parte de sus programas de lealtad, lo que generó una creciente inquietud entre los afectados.
Pero, además de eso, los hackers provocaron un caos de proporciones épicas en las áreas de juego de estos dos casinos, así como en los igualmente famosos Bellagio y MGM Excalibur.
Las máquinas tragamonedas y los cajeros automáticos quedaron inmovilizados, y los ascensores y las puertas giratorias dejaron de funcionar. Además, algunas de las tarjetas de acceso a las habitaciones de los respectivos hoteles resultaron afectadas por la interrupción.
Hackers apuestan sus fichas al lado oscuro
De hecho, incluso una semana después del ciberataque, las tarjetas de acceso del Excalibur aún no han sido restauradas a pleno funcionamiento.
Si te preguntas por qué los casinos se convirtieron en el objetivo de estos ciberataques, la respuesta es sencilla: el dinero. Estas empresas almacenan grandes sumas de efectivo y datos valiosos. La necesidad de mantener sus operaciones sin interrupciones les brinda un fuerte incentivo para considerar pagar rescates.
Según lo informado por la CNN, Caesar’s Entertainment enfrentó presiones para desembolsar una cantidad de $30 millones de dólares como garantía para proteger su información, aunque finalmente pagó, al parecer, la mitad de esa suma.
Esta decisión es arriesgada, ya que no existe garantía de que los hackers cumplan sus promesas, y el pago de rescates podría resultar ilegal si se descubre que el ataque provino de una entidad sujeta a sanciones por parte de los Estados Unidos.