¿Cómo actuar ante un contracargo en tarjetas bancarias?
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) define un contracargo como un mecanismo creado para solucionar aquellas transacciones que se realizan en una tarjeta de crédito o débito que no son reconocidas.
Cualquier tarjetahabiente es susceptible de recibir un contracargo y no todos saben cómo reaccionar cuando les sucede por primera vez. La primera recomendación es conocer la causa del mismo que puede derivarse de situaciones comunes como: Uso no autorizado de tarjeta, Contracargo amigo y Contracargo por fraude.
El primero se utilizó el plástico en compras sin consentimiento, el segundo no se recuerda la compra, el producto o servicio adquirido no era lo que esperaba o nunca llegó, mientras que el tercero y último es cuando el tarjetahabiente no reconoce un pago.
Una vez que se localiza la causa del cargo, se debe identificar el monto y comprobante de la transacción, ya que será información necesaria para iniciar el proceso de devolución.
Dependiendo de la naturaleza de la solicitud, el banco solicitará tener a la mano documentación de apoyo como estado de cuenta o consulta de movimientos. En la mayoría de los casos, después de escuchar los motivos para retirar el cargo y presentar la documentación necesaria, la entidad bancaria presentará la devolución al negocio donde se originó. Si la devolución es aceptada, su banco le notificará inmediatamente.
La CONDUSEF afirma que las instituciones bancarias que reciban alguna notificación de cargos no reconocidos están obligadas a abonar en la cuenta del usuario a más tardar el segundo día hábil bancario a partir de la fecha de la petición.
De esta manera se debe pedir a los comercios que incluyan iniciativas o tecnología para la prevención de contracargos para ayudarlos a incrementar sus ventas y así tener clientes más satisfechos y fidelizados. Integrar esto hace posible que los comercios desarrollen y creen un proceso de venta más consistente.
Los contracargos les cuestan recursos a los comercios. En algunos casos, son el previo al fraude en el que alguien intenta recuperar el monto de la transacción y también quedarse con el producto o servicio, lo que deja al comercio una pérdida mayor.