Nueva demanda contra Apple, pero ahora del Gobierno de Estados Unidos
En Estados Unidos, Apple enfrenta una demanda que alega que ha mantenido un monopolio ilegal sobre el mercado de los smartphones.
Se avecinan grandes problemas para Apple
La demanda, presentada por el Departamento de Justicia de EE.UU. y 16 fiscales generales estatales y distritales, señala prácticas comerciales presuntamente perjudiciales que la empresa habría implementado durante años.
Estas prácticas estarían destinadas a aumentar los precios de los productos y servicios de Apple, mientras perjudican a consumidores, desarrolladores y competidores en el mercado.
De acuerdo con los demandantes, Apple ha empleado diversas tácticas para mantener su posición de monopolio.
Estas incluyen la imposición de restricciones en la interoperabilidad del Apple Watch con dispositivos de otras compañías que utilizan sistemas operativos distintos a iOS, así como el bloqueo de aplicaciones de transmisión en la nube para plataformas de videojuegos.
¿De qué acusan a Apple?
A continuación, se detallan las distintas formas en las que se alega que Apple ha restringido la competencia:
– Interrumpir las “superaplicaciones” que combinan varios programas diferentes y que podrían comprometer la exclusividad de iOS y facilitar la migración de usuarios de iPhone a dispositivos de la competencia.
– Impedir el acceso de aplicaciones de streaming en la nube a plataformas de videojuegos, lo que podría reducir la necesidad de hardware de gama alta.
– Restringir la calidad de la mensajería entre la plataforma iPhone y plataformas móviles competidoras como Android.
– Limitar la funcionalidad de los relojes inteligentes de terceros con los iPhone y dificultar que los usuarios de Apple Watch cambien a otro iPhone debido a problemas de compatibilidad.
– Prohibir a los desarrolladores de terceros la creación de carteras digitales competidoras con tecnología de pago por contacto (tap-to-pay) para el iPhone.
Gobierno interviniendo en el diseño de software y hardware
Por otro lado, Apple ha hecho frente a las acusaciones del Departamento de Justicia de Estados Unidos, argumentando que “la demanda pone en riesgo nuestra identidad y los principios que diferencian a los productos de Apple en mercados altamente competitivos”.
Los ejecutivos de Cupertino también argumentan que, si la demanda tiene éxito, sentaría un “precedente peligroso”, ya que concedería al gobierno la capacidad de intervenir en el diseño de sus productos.