Trenes con inteligencia artificial serán una realidad en 2023
El tránsito con autonomía mejorada estará aquí antes de que los coches totalmente autónomos estén en la carretera y debemos preguntarnos qué vamos a hacer con ellos. Las nuevas tecnologías transformarán las relaciones entre los operadores de metro, las ciudades y los ciudadanos.
Sabemos que gran parte de los retrasos y problemas que tenemos en los sistemas del transporte se deben al factor humano. Pero qué tal si nos apoyamos en la Inteligencia Artificial (IA). Es seguro que muchos de los detalles como el cansancio, el estado de ánimo, la salud u otros pormenores no serían obstáculo para garantizar que los itinerarios se cumplan en tiempo y forma.
Estamos hablando de un sistema de trenes autónomos, un sueño que hoy se ve posible luego de que el Operador Ferroviario Nacional Francés (SNCF) anunció en diciembre pasado que había probado un tren con autonomía parcial en octubre de 2020. A partir de entonces varias empresas planean desarrollar prototipos de trenes para el año 2023.
Los trenes autónomos funcionan mediante el uso de Inteligencia Artificial, y esta se apoya a partir de sensores que les permiten “ver” lo que les rodea, día y noche, en cualquier tipo de clima, ya sea lluvia, nieve o niebla. Los sensores le permiten detectar cualquier obstáculo potencial y distinguir entre ellos.
A partir de haber detectado las condiciones de su entorno, la computadora a bordo toma una decisión, ya sea acelerar, disminuir la velocidad, detenerse o no actuar. En pocas palabras, el tren reacciona de manera diferente dependiendo de lo que vaya detectando en el camino, ya sea el paso de un animal, la presencia de una bolsa o la aparición de un obstáculo.
Los satélites juegan también un papel estratégico, ya que estos permiten determinar la ubicación exacta del tren en todo momento. De esta manera, los operadores siempre están esperando en un centro de control, listos para intervenir si es necesario. Aunque cabe aclarar que cuando los trenes autónomos finalmente operen y lleven pasajeros, siempre habrá controladores a bordo.
De esta manera la movilidad, una de las demandas más apremiantes de las grandes ciudades, se ve resuelta de tal manera que es posible asegurar que los automovilistas terminarían por preferir el transporte público en lugar de gastar horas en un tránsito pesado.