Ante la pregunta de cuál será la o las tecnologías dominantes para servicios inalámbricos de Cuarta Generación, en los últimos 18 meses hemos pasado de una total indefinición hacia una perspectiva aún difusa pero donde se comienzan a delinear algunas posibilidades concretas.
RIP UMB
Ha sido muy útil el anuncio de los dos grandes operadores CDMA de Estados Unidos en función de decidir por LTE (Verizon) y WiMax (Sprint), pues se confirma lo que la industria ya sospechaba desde hace tiempo: que ningún operador este deseoso de perpetuar el modelo de licencia de las tecnologías 100% propietarias de Qualcomm, como ha sido el caso de CDMA1x.
En el caso de 4G, pareciera entonces que en un juego que arranco con tres eventuales jugadores (WiMax, LTE y UMB) al menos uno (UMB) ya está muerto antes de nacer. UMB no puede ser visto como la evolución tecnológica natural de CDMA como proponen sus defensores, pues al estar basado en OFDM, es más similar a WiMax y LTE que a cualquier tecnología anterior. Lo que sí es UMB es precisamente la continuación natural de un modelo de licenciamiento donde Qualcomm es el dueño único del balón y del que los operadores no quieren saber nada más.
WiMax por mucho tiempo será una opción de 3G, no de 4G
Más allá de las grandes promesas de WiMax por anchos de banda espectaculares, la realidad es que los productos disponibles hoy de WiMax móvil son inferiores a cualquier cosa 3G. Los grandes anchos de banda prometidos son contingentes a dos cosas para las cuales no se espera un cambio radical en al menos los próximos dieciocho meses (y mientras dieciocho meses parecieran muy poca cosa, ese tiempo se debe sumar al que ha transcurrido desde el año 2003 cuando que WiMax apareció como promesa):
1) Excepto tal vez por los Estados Unidos, que en 2009 estará finalmente asignando el espectro subastado en la banda de 700MHz, de manera general, los operadores del mundo difícilmente tienen los 10 o 15 MHz de ancho de banda contiguo que WiMax requiere para tener un desempeño “superior” a las alternativas actuales.
2) Afirmar que habrá mayor demanda de ancho de banda siempre será una apuesta segura en esta industria, si bien esto no resuelve el problema de que no existe hoy una solución técnica y económicamente escalable para hacer “backhaul” a radiobases con varios cientos de Megabits por segundo de ancho de banda agregado (esto último también es una limitante que en el corto plazo no hará posible el despliegue de LTE).
¿Cuál es la prisa para 4G?
Sin una necesidad inmediata para la 4G y enfrentando ésta aún tantas barreras para su adopción, sólo le queda a la empresa que domina el núcleo de las tecnologías 3G (Qualcomm) el no cometer errores graves en los siguientes años para agotar a Intel en su defensa de WiMax como intento por penetrar el mercado de la infraestructura de telecomunicaciones inalámbricas.
Hoy más que nunca se insiste en los beneficios para migrar a eventuales mejoras incrementales de 3G (EV-DO Rev B, HSPA+), como una manera de dar certidumbre a las inversiones de los operadores. Tal preocupación parecería contraria al deseo de cualquier proveedor de tecnología por hacer que sus clientes frecuentemente reemplacen la totalidad de sus plataformas por productos nuevos, sin embargo, Qualcomm tiene mucho que ganar si sus clientes tardan más en buscar alternativas, pues si Qualcomm logra retrasar este proceso lo suficiente, para cuando los operadores busquen a WiMax, ésta probablemente ya habrá desaparecido del mapa.
Extraido del Blog de Carlos Silva