Chico de 13 años mejora celdas solares con la secuencia de Fibonacci
Seguramente habrán oido o leido alguna vez acerca de la secuencia de Fibonacci, aquella en la que cada número es la suma de los 2 anteriores iniciando con 0 y 1: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34…
Los estudiosos de las matemáticas la conocen muy bien y hasta ahora no han dejado de sorprenderse por lo útil que resulta y el modo en que se le encuentra en la naturaleza y sus proporciones. Esta secuencia tiene la propiedad de que, mientras mas avanza, la división de sus números consecutivos más se aproxima al número áureo que es aproximadamente 1.618
Pero hay veces que incluso los mas expertos son superados por quienes son observadores. Es el caso de Aidan Dwyer, pequeño de séptimo grado, que pensó haber visto un patrón en el crecimiento de las hojas de los árboles apenas crecían, por lo que tomó algunas fotografías e hizo mediciones, con lo que desarrolló una ardua investigación a su corta edad, confirmando que las plantas crecen de acuerdo al patrón de Fibonacci y al número áureo.
Como había mencionado antes, esto ya se conocía, pero Aidan se preguntó ¿Por que las hojas de los árboles siguen este patrón?, Aidan sabía que las hojas son responsables de la fotosíntesis de las plantas y ésta a la vez es responsable de tomar energía solar para la respiración del organismo. Es por ello que decidió construir su propio árbol, pero en lugar de hojas colocó celdas fotovoltáicas imitando el patrón de proporciones de Fibonacci.
¿Sus resultados?
La configuración de árbol de Fibonacci tuvo un mejor desempeño que las fotoceldas planas. El diseño de árbol generaba cerca de un 20% más de energía y podía recolectar energía por casi 2 horas y media más durante el día. Pero los resultados más interesantes se llevaron a cabo en diciembre, cuando el sol estaba en su punto más bajo. El diseño de árbol genero un 50% más de energía y pudo recolectar luz por casi 50% más de tiempo.
Es una secuencia que se ha estudiado durante siglos y se conoce su presencia en la naturaleza, incluso la razón áurea es utilizada como medida de la belleza, pero Aidan pudo observar algo que los científicos no habían podido y aprovechó el diseño natural para incrementar la eficiencia de las celdas. Seguramente esto tendrá aplicación en un futuro cercano, y esperemos que Aidan siga siendo apoyado para realizar más estudios de éste tipo que mucha falta nos hacen.
Fuente: IdentidadGeek.
Sin duda, la curiosidad humana sera el iniciador de grandes sucesos.. o investigaciones.. Deberían inculcar eso a los jóvenes hoy….