La paleorrobótica trae de regreso al mundo antiguas formas de vida
La robótica blanda está aperturando nuevos horizontes.
Científicos de la Universidad Carnegie Mellon, en colaboración con paleontólogos europeos, han unido fuerzas para crear un robot blando modelado a partir de un antiguo ser vivo.
Fusionando tecnología y paleontología
Este novedoso enfoque busca arrojar luz sobre el movimiento y las complejidades mecánicas de un organismo que pobló la Tierra hace aproximadamente 450 millones de años.
El protagonista de esta investigación es un pleurocistidio, un ser ancestral que desempeñó un papel crucial en el desarrollo y evolución de ciertos organismos marinos que persisten en nuestros océanos hasta el día de hoy.
Dicho proyecto innovador fusiona la tecnología contemporánea con la paleontología, brindando una perspectiva única sobre la vida y el comportamiento de estas antiguas criaturas marinas.
El pasado como inspiración para el presente
Estos seres pertenecen a la familia de los equinodermos y se postula que fueron los pioneros en emplear los músculos de sus tallos para desplazarse.
Los fósiles de estos organismos y el trabajo colaborativo con paleontólogos han sido esenciales tanto para comprender su naturaleza como para replicar su diseño en la forma de robots blandos. La trayectoria evolutiva de los organismos en nuestro planeta ofrece valiosas lecciones al campo de la robótica.
En la actualidad, numerosos laboratorios, instituciones académicas y empresas privadas encuentran en la versatilidad de estos seres un referente clave para desarrollar sus propias versiones de robots o, al menos, para crear autómatas que emulen ciertos aspectos de su anatomía.
Un nuevo concepto, la “paleorrobótica”
La fusión entre la paleontología y la robótica, conocida ahora como ‘paleorrobótica’, tiene como objetivo mirar hacia el pasado de los organismos vivos, utilizando ejemplos como el robot blando desarrollado por ingenieros de la Universidad Carnegie Mellon, para inspirar innovaciones futuras.
La robótica blanda se presenta como una vía prometedora, ya que puede explorar terrenos más amplios que la robótica convencional. Este enfoque ejemplifica cómo entender los eventos pasados o descubrir fósiles enterrados durante milenios resulta fundamental para adquirir conocimientos que impactarán en el futuro.
