Los sociólogos piensan que será difícil que cuajen cambios en costumbres sociales arraigadas, como evitar besar a tus hijos cuando llegan del cole o darse la mano en el trabajo, medidas que las autoridades españolas aconsejan para evitar los contagios. Pero sí se modificarán los hábitos higiénicos como lavarse las manos durante un minuto o taparse la boca con pañuelos al toser . Pero ¿qué ocurrirá con las nuevas tecnologías? ¿se verán también influenciadas por cambios de tendencias en los usuarios? ¿Han previsto las compañías estos cambios y encontrarán posibilidades de nuevos negocios?
Bajo mi punto de vista, en Europa el consumo de recursos de telecomunicaciones también se va a ver influenciado notablemente. Ya sea como medida de precaución, por tiempo de recuperación durante la enfermedad o como cuarentena, nos veremos obligados a permanecer más tiempo en casa. Esto repercutirá en un aumento en el consumo de las telecomunicaciones. Tratando de evitar acudir innecesariamente a lugares de alta concentración de personas como centros comerciales o de ocio, previsiblemente repuntarán servicios hasta ahora minoritarios como la compra online, la compra de partidos de fútbol o de películas de cine (PPV) y los juegos online, y aumentará aún más el auge de otros usos más consolidados como las redes sociales o el simple entretenimiento navegando por Internet. Todos estos servicios, que ya están implantados en la sociedad, verán aumentado su uso y sus ventajas frente a otras costumbres tradicionales.
Pero ¿hemos reflexionado ante otros servicios más novedosos que podrían tener su oportunidad en esta situación? Se me viene a la cabeza el caso de la teleeducación, servicio que lleva años dando vueltas por foros y blogs pero no parece calar fuerte entre los usuarios. ¿Nadie ha pensado en la repercusión en un curso escolar que tenga que ser paralizado por culpa de la pandemia? ¿Qué ocurrirá si un centro escolar tiene que cerrar varias semanas por el gran número de afectados? ¿Qué ocurrirá con niños que tenga que permanecer en casa simplemente como método de cuarentena? Se me antoja que las grandes editoriales de material infantil y las empresas de telecomunicaciones podrían encontrar un gran nicho en el campo de la tele-escuela. Material online a imagen y semejanza del que los estudiantes trabajan diariamente en sus libros de texto para poder “seguir” el ritmo de las clases desde sus propios hogares y que los profesores puedan hacer seguimiento de ese trabajo. ¿Qué decir de la posibilidad de “retransmitir en directo” las clases? Tecnológicamente hablando la solución ya se podría implantar sin más obstáculos que los económicos (equipamiento en las aulas), pero ¿están las redes de datos preparadas para un aumento de tráfico masivo en los hogares? ¿Y la sociedad? ¿está lo suficientemente madura para aprovechar estas ventajas? ¿será esta situación una oportunidad para el despegue de un servicio tan interesante como la teleeducación?
Extraido de la Cofa.es