El iPad ha muerto… ¡larga vida al iPad!
El lanzamiento del iPad también significó la muerte del iPad.. o por lo menos del que cada uno imaginaba. Es que cada persona tenía su idea de lo que podía ser, y todos nos regocijábamos ante la posibilidad de ser participes en algo mucho más grande que una tabla de aluminio y silicio. Finalmente llegó el iPad, y la desilusión fue el sentimiento reinante.
Es cierto lo que se habla acerca de la falta de novedades y las cosas que no tiene, pero mi opinión es la siguiente: no me parece que debamos esperar espejitos de colores cuando deberíamos mirar la gran imagen y darnos cuenta que Apple está apostando por un formato del futuro. Tal como hizo con el iPhone cuando prescindió de un teclado, lo hace ahora con el iPad, y posiblemente estemos viendo el primero de muchos dispositivos de este tipo.
Apple está integrando un gran procesador propio con una pantalla multitáctil super-optimizada. El delirio colectivo es esperar que una tecnología tan nueva pueda reemplazar otras familias que llevan décadas en el aire como es el caso de las Macs o MacBooks. Técnicamente hablando, Mac OS X requiere como mínimo un procesador de 867MHz. Se imaginan a Apple permitiendo que su sistema operativo estrella corra de manera lenta en su último hardware que posee 1GHz? Estoy seguro que en cuanto puedan integrar la capacidad de procesamiento óptima en este formato, nos van a sorprender con el siguiente paso en la computación, que muchos esperaban.
Por el lado del software, Apple sabe que el contenido ahora lo hace la gente (y entre ella los desarrolladores), por eso se limita a mejorar su base de aplicaciones y mediar en nuevos mercados (como es el caso de iBooks). Su juego es abrir las puertas para que los desarrolladores creen aplicaciones que todavía no imaginamos pero que se volverán parte de nuestras vidas, como sucedió con el iPhone.
No obstante es cierto que el iPad careció del elemento sorpresa. En mi opinión fue un gran desacierto de Apple tratar de promocionarlo de la misma forma que lo hizo con el iPhone, mostrándonos como se navega por Internet y como se rotan las fotos al girarlo, cuando la verdadera revolución de este dispositivo se debe ver más desde Cupertino que desde el resto del mundo.
